Reflexoterapia nasal
Aunque no se puede
considerar como una forma de tratamiento generalizado, la utilización de la
nariz como canal para el tratamiento de las enfermedades está bastante
difundida, bien sea como Reflexoterapia, Aromaterapia y sobre todo, como zona
clave para la Acupuntura. Por ello, al estudiar la nariz como zona
reflexógena se incluye también la Acupuntura, ya que tiene ciertamente puntos
en común con el estudio de los puntos reflejos. Sobre este tipo de tratamiento
apenas si existe documentación médica y la que podemos encontrar es escasa,
aunque una vez dominadas las otras formas de Reflexoterapia, no constituye
ninguna dificultad comprenderla en pocas horas, al menos para un especialista.
La zona especialmente inervada de la nariz tiene una dificultad añadida que no
poseen las demás, como es que se encuentra en el interior, razón por la cual se
puede comprender el motivo de su poca difusión. Además, las exploraciones
suelen ser molestas, no aptas para niños ni personas sensibles y tampoco
permiten tratar otras enfermedades. Los puntos reflejos se encuentran en la
mucosa interna, en la pituitaria nasal y se cree que es precisamente que es la
conexión con el nervio trigémino la que permite establecer una zona refleja
entre la nariz y el resto del organismo. No obstante, eso sería en cuanto a la
estimulación directa mediante bastoncillos, pequeños punzones eléctricos o
incluso con cauterizadores minúsculos para quemar zonas sensibles al dolor. Su
eficacia en estos casos es muy alta, especialmente en enfermedades como el
asma, la disnea, el enfisema y la alergia con rinorrea intensa. También podemos
tratar con éxito la presión arterial alta,las disfunciones endrócrinas, el
estreñimiento, la incontinencia urinaria, los vértigos, las hepatopatías, las
afecciones vasculares, el colon irritable, las neuralgias y ciáticas.
Curiosamente también se pueden tratar con éxito muchas anomalías del lenguaje y
del comportamiento, como puede ser la timidez, la dislexia o la tartamudez.
Autor: W Érika
Hernández A.

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