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La Urinoterapia



¿Qué es la Urinoterapia?

La Urinoterapia es un tratamiento curativo basado en la ingestión de la propia orina para aliviar y curar males y enfermedades que agobian a una persona y que, además de ayudarle a recuperar la salud perdida, le ofrece la oportunidad de alargar su tiempo de vida manteniéndola fuerte y vigorosa. En la India, la Urinoterapia se conoce y se aplica desde hace más de cinco mil años. La medicina ayurveda o ciencia sagrada menciona su práctica desde épocas muy remotas. Un antiguo texto hindú (Bhawa Prakasha) nos dice: 


La orina humana neutraliza las toxinas en el organismo si su aplicación es correcta, proporciona mayor vitalidad, tiene la capacidad de purificar la sangre y remedia los problemas y enfermedades de la piel. Contiene muchos minerales y siempre que la bebamos actuará como una medicina. 
 

El principal ingrediente para iniciar la Urinoterapia es la propia orina. Efectivamente, este vital líquido es un producto de la sangre. Cada día los riñones filtran 150 litros de sangre, de los cuales aproximadamente 99 % vuelve a circular como sangre y el restante 1 % sale como orina, es decir, de uno a uno y medio litros por día. Esta cantidad puede variar de acuerdo con la proporción de líquidos que ingiera un individuo o en casos de sudoración intensa, como es el caso de los deportistas, por ejemplo. Los especialistas recomiendan beber por lo menos dos litros de agua cada día y disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, refrescos y jugos industriales, café, tabaco y té. Esta medida tiene la finalidad de mantener a los riñones en buenas condiciones de salud. Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la orina fresca de una persona sana, que bebe la cantidad mínima recomendable, es similar al plasma de su sangre y contiene los mismos ingredientes, variando en su composición, únicamente la cantidad. La orina tiene un color, olor y consistencia específicos mediante los cuales puede identificarse de inmediato. El rechazo hacia ella proviene de esas características y suele decirse que "huele feo"; sin embargo, este olor se debe, de manera directa y concreta, a lo que comemos y a la poca agua que bebemos, pues al no tener suficiente líquido y alimentos frescos y naturales su olor tiende a concentrarse. Su olor resulta de un proceso que se realiza en los riñones, en donde se filtra la sangre y se separan varias sustancias, entre ellas el urocromo que le da su conocido color amarillo. En este punto cabe señalar que su color intenso, pálido o casi transparente, lo determinan la abundancia o escasez de agua y otros líquidos que forman la orina; si se bebe abundante agua la coloración tenderá a ser menor y de la misma manera, menor será la densidad de los componentes esenciales; si por el contrario, la persona no acostumbra beber suficiente agua, aumentará la concentración de los componentes y la orina incluso saldrá más densa y pesada, más llena de sustancias e inclusive más olorosa. Las coloraciones características que se observan con mayor frecuencia en la orina son las siguientes:







Amarilla: color normal de la orina.

Anaranjada: indica problemas en el hígado o la vesícula biliar.

Café rojiza oscura o negruzca: revela hemorragias en los conductos urinarios.

Café oscura y muy olorosa: señala la presencia de hepatitis o fiebres agudas.

Lechosa: denota residuos de harina, grasa o pus.

Manchas blancas en la superficie después de haber reposado la orina al menos dos horas: refiere precipitación de sales minerales, especialmente calcio. La orina reposada se hace más alcalina. 

Rojiza: indica probable presencia de sangre en la orina provocada por infección de las vías urinarias. Es preciso distinguir entre la coloración provocada por comer  betabel, el cual pinta de rojo también la orina o la sangre menstrual en las mujeres.

Verdosa: anuncia disfunciones hepáticas a causa de la ictericia o probable envenenamiento por fenol. 

Otro de los aspectos que provoca el rechazo es que antes de probarla ya estamos pensando que sabe horrible. Lo que se debe saber es que el sabor de la orina depende de lo que cada individuo acostumbre comer y haya comido horas antes de orinar. Por ejemplo, el sabor puede ser:

Dulce: si le encanta comer golosinas, frutas y su consumo de alimentos dulces es mayor que el resto de los otros alimentos. La orina del diabético es siempre más dulce que la de las personas que no padecen esta enfermedad.

Salado: este sabor resalta en la orina de las personas que consumen alimentos salados en exceso.

Amargo: este sabor suele ser característico de las personas que tienen recargamientos hepáticos, que sufren emociones negativas como la ira, el enojo, los corajes; el rencor también provoca la amargura en la orina al igual que los alimentos amargos. 

Acre: este olor aparece cuando las personas consumen muchos irritantes, en especial el café y el chile.

Ácido: este sabor denota un excesivo consumo de alimentos ácidos o también hemorragias en el tracto urinario.

Muchos escépticos se preguntarán: si la orina es tan importante y tan saludable, entonces, ¿por qué orinamos? La respuesta en apariencia es simple: orinamos porque necesitamos ajustar y balancear el nivel ácido/alcalino (PH) del plasma en el que viven y se desarrollan las células que forman nuestro cuerpo. Esta delicada y refinada labor la realizan nuestros riñones, removiendo el exceso de agua, sodio, minerales y demás sustancias que alteran el PH del organismo. Se preguntará también qué significa que el PH esté equilibrado; pues bien, cuando el PH está desequilibrado,ya sea porque la balanza se inclina hacia la acidez o hacia la alcalinidad, el cuerpo se encuentra más propicio a enfermarse, ya que crea un medio de cultivo favorable para la reproducción de virus, bacterias y cualquier germen que tienen la suficiente capacidad y fuerza para enfermarnos y en ocasiones hasta matarnos, como es el caso de enfermedades como el sida, la diabetes o el cáncer. La orina es parte de la sangre que corre por las venas y ésta contiene diferentes elementos, por lo que se hace necesario que se realicen exámenes médicos, análisis clínicos para verificar la condición de la salud y evitar o prevenir enfermedades. Por supuesto, la Urinoterapia puede ayudar y hasta salvar de padecimientos y enfermedades indeseables. Se ha comprobado la efectividad de la orina en tratamientos contra el cáncer, sida, diabetes, hipertensión arterial, artritis, obesidad, colesterol malo, enfermedades coronarias y vasculares, anemia, alergias, abortos, recuperación y equilibrio del sistema nervioso, previene y retrasa el envejecimiento, refuerza el sistema inmunológico y mucho más. Es una buena alternativa de tratamiento y está a consideración tomarlo en cuenta.

 Autor: W Érika Hernández A.






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