La amistad
El tema de la amistad es delicado porque uno elige a las personas que
desea como amigos. Salvo en pocas excepciones, nadie interviene en nuestra
decisión de quién va a formar parte de esta lista.
Si pensamos en quiénes son nuestros amigos, nos damos cuenta de que
éstos han cambiado al igual que nosotros con las etapas de nuestra vida, los
deseos y las vivencias y que aquellos que considerábamos entrañables hoy ya no
están cerca porque simplemente dejamos de verlos, porque cambiamos con el
tiempo, porque ya no resultaron ser... en fin, son múltiples los motivos por
los que algunos amigos se van quedando en el camino y dejan de serlo.
Hay amigos para todo, no con todos hacemos lo mismo. Con unos se comparten ciertas vivencias y con otros, aspectos diferentes. El problema surge cuando esperamos algo de una persona que en realidad sólo puede brindar una cosa distinta.
Es muy importante replantearse el tema de la amistad ya que hay
diferentes grados de amistad de acuerdo a su funcionalidad. Siempre habrá un
interés al tener amistades, sea emocional o material. Todo dependerá del grado
de funcionalidad.
La amistad es un regalo preciado siempre y cuando se cubran las
expectativas que se tienen hacia las amistades. Es una relación de interés
mutuo y muy lejos de ser incondicional, se disfraza de complicidad, de lealtad,
de sinceridad, de confianza pero basta con que alguna de las partes no obtenga
lo que ha aportado a la relación por parte de su amigo (a) y ya hay un
desequilibrio, la reciprocidad es de suma importancia en todas las relaciones
existentes y no solamente en la amistad. Lo que das es lo que recibirás o al
menos eso tendría que ser así. En la realidad no siempre sucede, hay muchos
intereses de por medio.
Lograr que exista confianza entre dos personas es sumamente raro y
difícil y en esa confianza se resumen y explican las remotas posibilidades de
encontrar amigos genuinos. La amistad verdadera es la que tienes contigo porque
eres tu incondicional, depositas tu confianza al máximo y te puedes dar
infinidad de oportunidades si te equivocas, no condicionas tu propia ayuda.
Muchas personas dirán que son tus amigos pero realmente son conocidos que
estarán allí para charlar, pasar el rato, compartir aficiones, desaburrirse,
etcétera. Entablar una amistad incondicional con alguien no es fácil y se torna
casi imposible, solamente contigo mismo (a) se obtiene.
Es necesario hacer un detallado examen emocional e inteligente en ese
sentido para saber dónde estamos situados en crecimiento paulatino acompañado.
No se refiere, aunque ésta sí exista a la unión por beneficios económicos,
sociales o con algún sentido de ganancia.
Con definiciones tan profundas, cabe plantearnos las interrogantes:
¿cuántos que eran o son nuestros amigos lo son en realidad? ¿fui o soy
realmente un verdadero amigo?
Autor: W Érika Hernández A.

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