Los Campos Mórficos
Algo que ocurre dos veces volverá a ocurrir, de ahí
que accidentes, pérdidas y tragedias humanas generalmente se dan en serie. Las
tendencias, tanto históricas como sociales, tienden a repetirse tras largos
períodos de tiempo. Estos fenómenos se explican bajo esta teoría al señalar que
cuando un fenómeno se repite, se forma un Campo Mórfico, cuya resonancia
aumenta las posibilidades para que ese suceso ocurra de nuevo. De tal manera
que podemos entender que un Campo Mórfico es como un mapa o plano para
construir una casa. Es decir, que así como los sonidos resuenan entre ellos
mismos, los sucesos son capaces de resonar de similar manera. El Campo Mórfico
es el sitio en el que ocurre tal o cual acontecimiento y Resonancia Mórfica al
fenómeno que se repite una y otra vez de manera similar. Existen muchos
ejemplos que ilustran este tema, como es el caso de una rata de laboratorio que
logra salir de un laberinto en determinada parte del mundo. En ese momento se
forma un Campo Mórfico y es común que al poco tiempo, en diferentes partes del mundo,
otras ratas de laboratorio también logren lo mismo. En este caso se estaría
hablando de Resonancia Mórfica. Con este ejemplo no sólo podemos entender qué
es y cómo se forma un Campo Mórfico, sino también entender cómo lo que un solo
miembro de una especie realiza, tanto para bien como para mal, afecta a toda la
especie. Ésto nos explica, en gran medida, procesos evolutivos como los niños
de hoy, definitivamente no son como los de antes, momentos de oro de pintores,
escritores, científicos, así como épocas de desastres naturales, guerras,
violencia y delincuencia en general; todos ellos... ¿Campos Mórficos?
Tal es el caso de que al ocurrir un accidente en
carretera, al poco tiempo comienzan a suceder más en el mismo lugar, ésto
debido al Campo Mórfico, que curiosamente se rompe cuando alguien realiza
oración, oficia alguna misa, prende veladoras o echa agua bendita; en pocas
palabras, cuando se invoca la Acción Divina y la Presencia de Dios. Otro
ejemplo, tristemente conocido y difundido, es cuando se sufre la pérdida de un
ser querido. En muchas ocasiones después de este suceso traumático, comienzan a
suceder una serie de hechos dolorosos: se pierde la salud y/o el trabajo; se
desintegra la familia y demás situaciones desagradables por mínimas que parezcan
a consecuencia del Campo Mórfico y la gente resuena en él a través de la
frustración y el sufrimiento; el miedo crece y el Campo Mórfico también. Lo
impresionante es que en cada suceso traumático o cada vez que alguien resuena
con el dolor y el sufrimiento, la culpa está presente. Hace dudar de la propia
valía y se empiezan a recordar todas las desventuras, errores y todo lo malo
que se ha hecho. Hace creer que todo lo que sucede es castigo divino y que Dios
ya se olvidó de sus hijos. La culpa te hace pensar que todo lo que estás
enfrentando es por lo que hiciste o no hiciste, por lo que callaste o dijiste
cuando ese ser amado aún tenía vida. Y lo más grave, existe una creencia
popular de que cuando muere un ser querido, por lo menos dos cercanos morirán
también. De nuevo la mancuerna del miedo y la culpa se instalan en tus
pensamientos y en tu corazón para formar un Campo Mórfico de dolor y
sufrimiento y por ello, triste y lamentablemente, es frecuente que después de
una pérdida sigan otras dos, hasta completar las tres pérdidas anunciadas, o
mejor dicho, esperadas. Los Campos Mórficos se generan en la mente en el
momento de un suceso intensamente emotivo, tanto traumático como vivificante,
generando pensamientos y sentimientos receptivos y hasta obsesivos,
acordes con ese momento afectivo.
Una vez formado el Campo Mórfico, de manera inconsciente se atraen personas y circunstancias que nos hacen resonar con el Campo Mórfico original. Qué pena que por inconsciencia e ignorancia continuemos estando sometidos a los fantasmas de nuestros miedos y culpas. El miedo anuncia lo que podría venir, te recuerda las experiencias frustrantes y dolorosas relacionadas con el evento traumático. La culpa te condena a un infierno repetido y de manera automática atrae castigo, dolor y sufrimiento. De tal manera que si el Campo Mórfico original se formó de dolor, culpa y sufrimiento seguiremos atrayendo una y otra vez más dolor, culpa y sufrimiento. Mientras que si el momento afectivo que formó el Campo Mórfico original fue de índole agradable, vivificante y enriquecedor, con mucha frecuencia seguiremos atrayendo este tipo de eventos a nuestra vida, resonando así con el lado amable de la vida, resonando una y otra vez con lo que entenderíamos como buena fortuna o buena suerte. No existe ni buena o mala suerte, sólo Campos Mórficos de una u otra índole. Ésto te debe aportar una inmensa alegría, pues hoy sabes que lo que has llamado "mala suerte" se puede cambiar y lo que consideramos "buena suerte", no sólo se puede mantener, sino incluso incrementar día con día. Todo depende de cada persona. ¿No es alentador? Si el problema está en ti, en ti está la solución y si en ti se encuentran los recursos del infinito, en ti se encuentra el poder de transformar, trascender y enriquecer la realidad. Sólo debemos aprender a identificar nuestros propios Campos Mórficos para romperlos si no son los apropiados, ampliarlos e incrementarlos si son los que tu corazón anhela y construir nuevos de todo lo bueno que deseas.
Una vez formado el Campo Mórfico, de manera inconsciente se atraen personas y circunstancias que nos hacen resonar con el Campo Mórfico original. Qué pena que por inconsciencia e ignorancia continuemos estando sometidos a los fantasmas de nuestros miedos y culpas. El miedo anuncia lo que podría venir, te recuerda las experiencias frustrantes y dolorosas relacionadas con el evento traumático. La culpa te condena a un infierno repetido y de manera automática atrae castigo, dolor y sufrimiento. De tal manera que si el Campo Mórfico original se formó de dolor, culpa y sufrimiento seguiremos atrayendo una y otra vez más dolor, culpa y sufrimiento. Mientras que si el momento afectivo que formó el Campo Mórfico original fue de índole agradable, vivificante y enriquecedor, con mucha frecuencia seguiremos atrayendo este tipo de eventos a nuestra vida, resonando así con el lado amable de la vida, resonando una y otra vez con lo que entenderíamos como buena fortuna o buena suerte. No existe ni buena o mala suerte, sólo Campos Mórficos de una u otra índole. Ésto te debe aportar una inmensa alegría, pues hoy sabes que lo que has llamado "mala suerte" se puede cambiar y lo que consideramos "buena suerte", no sólo se puede mantener, sino incluso incrementar día con día. Todo depende de cada persona. ¿No es alentador? Si el problema está en ti, en ti está la solución y si en ti se encuentran los recursos del infinito, en ti se encuentra el poder de transformar, trascender y enriquecer la realidad. Sólo debemos aprender a identificar nuestros propios Campos Mórficos para romperlos si no son los apropiados, ampliarlos e incrementarlos si son los que tu corazón anhela y construir nuevos de todo lo bueno que deseas.
Autor: W Érika
Hernández A.

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