La neurosis
Bajo este
nombre genérico se engloba una serie de trastornos consideramos como poco
graves por respetar la personalidad del individuo en su fondo y causar escaso o
nulo deterioro de la misma. En las neurosis no hay una alteración cualitativa
de la visión de la realidad circundante. Ésta se observa tal cual es, sin
componentes delirantes o alucinaciones que alteren la percepción de la misma.
Lo que falla en el neurótico es su adaptación a esa realidad, su capacidad de
respuesta adecuada al medio ambiente en que vive; es consciente de la realidad,
pero no la sabe soportar. En principio, se ha considerado la neurosis como
fruto de un conflicto interior, que la persona no ha logrado superar y lo
compensa a su manera. Su carácter, forma de ser y de vivir, en general, se ven
filtrados por la neurosis. Objetivamente, se puede considerar que todos tenemos
algo de neuróticos en mayor o menos medida. Es normal haber tenido algún
conflicto durante la infancia, crecimiento, educación, madurez o integración
social, que nos haya dejado en cierto modo alguna huella.
Al neurótico se le considera susceptible de padecer un trastorno psicopatológico cuando esa sensibilidad es desmesurada y constituye su patrón de vida. Cuando hace un problema de toda situación de compromiso de una forma crónica y habitual. Es decir, cuando su estilo de vida interfiere seriamente con la calidad de la misma. El síntoma básico del neurótico es la ansiedad; estado emocional que prácticamente le acompaña a donde vaya, condicionando sus respuestas. Esta emoción a veces, es tan invasiva que distorsiona su capacidad de razonar, pero tan sólo de forma transitoria, pues el neurótico, al margen de sus momentos conflictivos, conserva la capacidad de pensar coherentemente, a diferencia del psicótico. También es característico del neurótico el rechazo de su trastorno. Le gustaría quitarse de todos esos penosos síntomas que interfieren su equilibrio en la vida, pero no sabe cómo hacerlo. El término neurosis ha perdido su entidad como enfermedad en sí. Actualmente constituye un cúmulo de diversos trastornos relacionados con la ansiedad como por ejemplo: trastornos por ansiedad, fobias, obsesiones y estrés. Los fenómenos relacionados con la neurosis son: insomnio y pensamientos irracionales. Existen grupos de ayuda para tratar este padecimiento que aqueja a mucha gente y que no lo atienden por desconocer en gran medida que requiere atención para tener una mejor calidad de vida.
Autor: W Érika Hernández A.
Al neurótico se le considera susceptible de padecer un trastorno psicopatológico cuando esa sensibilidad es desmesurada y constituye su patrón de vida. Cuando hace un problema de toda situación de compromiso de una forma crónica y habitual. Es decir, cuando su estilo de vida interfiere seriamente con la calidad de la misma. El síntoma básico del neurótico es la ansiedad; estado emocional que prácticamente le acompaña a donde vaya, condicionando sus respuestas. Esta emoción a veces, es tan invasiva que distorsiona su capacidad de razonar, pero tan sólo de forma transitoria, pues el neurótico, al margen de sus momentos conflictivos, conserva la capacidad de pensar coherentemente, a diferencia del psicótico. También es característico del neurótico el rechazo de su trastorno. Le gustaría quitarse de todos esos penosos síntomas que interfieren su equilibrio en la vida, pero no sabe cómo hacerlo. El término neurosis ha perdido su entidad como enfermedad en sí. Actualmente constituye un cúmulo de diversos trastornos relacionados con la ansiedad como por ejemplo: trastornos por ansiedad, fobias, obsesiones y estrés. Los fenómenos relacionados con la neurosis son: insomnio y pensamientos irracionales. Existen grupos de ayuda para tratar este padecimiento que aqueja a mucha gente y que no lo atienden por desconocer en gran medida que requiere atención para tener una mejor calidad de vida.
Autor: W Érika Hernández A.

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