El Orgasmo
La palabra orgasmo
deriva del griego orgasmós, orgân, que significa estar lleno de ardor. El
orgasmo es, por consiguiente, la exaltación de las funciones vitales de
cualquier órgano, especialmente de los órganos sexuales durante el acto sexual,
en que tiene lugar la máxima intensidad del estímulo sexual. El orgasmo es una
experiencia psicofisiológica verdadera, pues responde a la percepción subjetiva
de un máximo de reacción física a los estímulos sexuales y un breve episodio de
liberación física de la vasoconstricción y miotonía producidas durante las
fases de excitación y de meseta. Gráficamente puede describirse como una curva
muy profunda que culmina en la sensación de placer más intenso y hondo de la
experiencia humana, embargada por el más sublime éxtasis, sobrepasando el carácter
lujurioso para suscitar sensaciones trascendentales. Para que haya orgasmo
voluntario ha de haber, imprescindiblemente, estimulación física adecuada en
intensidad y frecuencia, pero también estimulación erótica: el erotismo es el
alma del juego sexual para que éste no se reduzca a una mera cópula o
aproximación carnal sin sentido.
Es decir, la naturaleza de la experiencia orgásmica exige una síntesis del doble objetivo fondo y forma; puede afirmarse que el fondo es la demanda carnal, mientras que la forma es la exigencia de la personalidad. Del grado de armonía de esa síntesis depende el sentimiento de plenitud y satisfacción de la relación mantenida. Respecto al fondo, no se trata de aprender una técnica estimulatoria mecánica y aburrida, sino sensible y delicada, variada, adaptativa, emocionante, etcétera. Respecto a la forma, o sea, la fantasía erótica que actúa como <<guión>> y como <<escenario>> de lo que, finalmente, es un dúo de amor, cabe decir lo mismo que el fondo, teniendo en cuenta, además, que la forma es mucho más diversa por cuanto diversa es la personalidad e imaginación de los individuos.
Es decir, la naturaleza de la experiencia orgásmica exige una síntesis del doble objetivo fondo y forma; puede afirmarse que el fondo es la demanda carnal, mientras que la forma es la exigencia de la personalidad. Del grado de armonía de esa síntesis depende el sentimiento de plenitud y satisfacción de la relación mantenida. Respecto al fondo, no se trata de aprender una técnica estimulatoria mecánica y aburrida, sino sensible y delicada, variada, adaptativa, emocionante, etcétera. Respecto a la forma, o sea, la fantasía erótica que actúa como <<guión>> y como <<escenario>> de lo que, finalmente, es un dúo de amor, cabe decir lo mismo que el fondo, teniendo en cuenta, además, que la forma es mucho más diversa por cuanto diversa es la personalidad e imaginación de los individuos.
Autor: W Érika
Hernández A.

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