Anfetaminas
La primera
anfetamina se sintetizó en 1887 y se utilizó clínicamente en 1927 como
estimulante y descongestivo. La benzedrina se comercializó en 1932 como un
inhalante. En 1937 se utilizó por primera vez para calmar a los niños
hiperactivos.
Durante la
guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial fue ampliamente repartida a
los soldados y trabajadores de la industria bélica para contrarrestar la
fatiga, elevar el estado de ánimo y aumentar la resistencia. En las décadas de
1950 y 1960, las anfetaminas empezaron a ser más utilizadas por individuos que
necesitaban permanecer despiertos o asegurar un gran rendimiento durante
períodos prolongados, como en el caso de los conductores de camiones de larga
distancia, atletas y estudiantes en épocas de exámenes. En Corea, los soldados
americanos mezclaron las anfetaminas con la heroína y crearon el primer speed -
ball. Paralelamente, las anfetaminas empezaron a recetarse para la narcolepsia,
la fatiga crónica y la obesidad. En la década de 1960 empezó su abuso en los
Estados Unidos.
La
anfetamina intravenosa se hizo una droga de uso muy popular, hasta que a partir
de la década de 1970 fue reemplazada por la cocaína. En España, durante las
décadas de 1960 y 1970, las anfetaminas podían obtenerse fácilmente en las
farmacias, en las que además había un gran número de productos farmecéuticos
que contenían este tipo de sustancias. Sin embargo, los datos procedentes de
los centros médicos nunca reflejaron la existencia de una población que
consumiera anfetaminas de forma permanente. Posteriormente, las medidas
reguladoras impuestas por las autoridades farmecéuticas entre 1982 y 1983
restringieron al máximo el consumo de anfetaminas en España. Actualmente está
demostrada y aceptada su utilidad en el tratamiento del trastorno por déficit
de atención de la infancia, la narcolepsia y la depresión grave que no responde
a los medicamentos antidepresivos.
Autor: W Érika Hernández A.

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